lunes, 3 de noviembre de 2008

El ataque gringo a las naciones exportadoras


Cuando la crisis subprime se hizo un hecho en el comercio estadounidense y luego a nivel mundial, al menos hace un par de meses (aunque se dice que la crisis se gestó a mediados del año pasado), se previó que el panorama futuro y actual, por estos días, no podría ser sino una crisis financiera y económica. Las consecuencias de ésta hasta ahora, se pueden ver claramente en las innumerables crisis financieras; nacionalizaciones bancarias; reiterativas intervenciones de Bancos centrales en las principales economías desarrolladas del mundo; los profundos descensos en las cotizaciones bursátiles, y un evidente deterioro de la economía global, la que se encuentra en recesión hasta un nuevo aviso.
En el caso de Chile, principal exportador de cobre en el mundo y abastecedor de fruta y productos del mar a nivel mundial, el panorama no es para nada favorable. El mayor problema, según José Luis Mardones, presidente del Banco Estado, es que existe una probabilidad muy alta de que la demanda de productos y materias primas en el mundo disminuya, por lo que Chile bajaría considerablemente sus índices de exportación manufacturera y de recursos naturales, bases de la economía nacional.
Por otro lado, la crisis afecta directamente a la pérdida de confianza, no tan sólo en el sector de alto riesgo subprime, sino que ésta misma puede llegar a traspasarse directamente a empresas y bancos, afectando las tasas de interés y préstamos, incrementando el riesgo financiero.
La crisis puede ser vista también desde una perspectiva positivista, pues el negocio en materia bursátil puede resultar beneficiado si es que los movimientos aumentan, tal como manifestara Guillermo Tagle, ejecutivo de IM Trust, “los mercados volátiles son buenos para las corredoras de bolsa”. En ese sentido, Chile se diferencia de los demás países que confían sus economías en las exportaciones, pues ha demostrado solidez, ya que sus índices bursátiles respaldan los fundamentos nacionales con un buen funcionamiento a pesar de las dificultades y de las precauciones que se han debido tomar.
Similar es el caso de países que al igual que Chile, se nutren de las exportaciones de materias primas o productos elaborados dentro de la industria local. En el caso argentino por ejemplo, los complejos de soja se vieron afectados con una fuerte baja en los precios, a nivel nacional y precio exportador, hecho que pone en jaque las expectativas de quienes transfieren dicho producto a los mercados internacionales. Lo mismo ocurre con Colombia y su café, que desde principios de junio de este año experimentó una caída en los precios y exportaciones del producto en casi un 20% con respecto a cifras de la fecha del año anterior.
La crisis norteamericana que ha trascendido sus fronteras, para muchos injustamente, llegando hasta nuestro país incluso, último puerto exportador y del mundo, ha afectado indudablemente a quienes se dedican a la elaboración o explotación de productos provenientes de tierras nacionales, frustrando el anhelo de seguir alcanzando niveles de antaño.

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